LA OTRA MIRADA: POR CARLOS PAREJO DELGADO

UNA REFLEXIÓN DE UN CATEDRÁTICO PLAYERO

Me contaba hace ya algunos años un pequeño hortelano de la Axarquía malagueña, cuyos fuente de ingresos actuales están vinculado al alquiler de hamacas en la playa, como se ha producido un cambio en la comarca en el sistema productivo, y en las relaciones comerciales: “Antes los productos de tu huerta, los vendías en los pequeños comercios de la provincia, hoy el pequeño comercio ha desaparecido, y tienes que cargar el camión y desplazarte a Antequera, donde se ubica un centro logístico de la una grandes cadenas de distribución. Muchas veces de rabia me he vuelto a casa y he tirado la mercancía debido a que el precio que me daban no cubría ni los gastos de transporte”

LA LLUVIA DE INFORMACIÓN O, LA DESINFORMACIÓN INTERESADA

El mundo actual a través de INTERNET se mueve en dos direcciones opuestas, la de la  información y la de la desinformación. Las recientes protestas de los agricultores andaluces, españoles y europeos son un buen ejemplo.

Dentro de los grupos de desinformación de todo el orbe han ido cobrando fuerza determinados movimientos que se oponen a lo que llaman la verdad oficial, ya se trate de la forma de la Tierra (terraplanistas) o del cambio climático (negacionistas). Uno de los movimientos más recientes es el que pone en duda el cambio climático mundial, y las iniciativas de economía sostenible aprobadas por la ONU (año 2015, Agenda 2030) y la Unión Europea (año 2019, Pacto Verde). Iniciativas que se han ido poniendo en marcha para evitar el calentamiento global del Planeta y la crisis ecológica (mediante su apuesta por la agricultura sostenible) y, además, asegurar el bienestar animal (movimiento animalista).

Los grupos de la ultraderecha española y europea han ido filtrando un conjunto de noticias falsas (fake news) contra ambas, en las protestas de los agricultores que se han expandido por diversos países de la Unión Europea desde el año 2023. Para ellos,la agricultura y ganadería sostenible son un camelo, pues no hay alternativas fiables a los actuales modelos de agricultura y ganadería intensiva. Por ejemplo, no es posible dejar de usar de manera masiva determinados pesticidas en sus campos, como quiere la Unión Europea. Otra de sus quejas son los denominados eco regímenes de la Política Agraria Común, en tanto exigen una gran cantidad de papeleo y burocracia, que desborda la capacidad de un pequeño o mediano agricultor, que deben recurrir, en muchos casos, a asesores externos.

LAS SUBVENCIONES DE LA PAC Y LOS GRANDES PROPIETARIOS

Mientras la cooperativa de jornaleros de Marinaleda (Sevilla) corre peligro de desaparición en la sierra sur sevillana, las subvenciones de la Política Agraria Común PAC se concentran en las grandes cooperativas , o son captadas por fondos de inversión y por los terratenientes de toda la vida como la Casa de Alba. A los que beneficia uno de sus criterios de otorgamiento: el peso de la superficie determina en gran medida las ayudas a las explotaciones agrarias, lo que refuerza el papel de estos grandes propietarios.

Las compañías que más fondos recibieron de la Política Agrícola Común (PAC) en 2022 sumaron 536 millones de los más de 7.500 millones que se distribuyeron en España en ese ejercicio. Consultar, pinchando el siguiente enlace :Estas son las 400 empresas que más fondos logran de la PAC.

Son muchos los que plantean que la PAC debe de modificarse para apoyar a la agricultura familiar, y no a las grandes explotaciones ajenas al territorio, perpetuando el desigual reparto de las ayudas. Consultar el siguiente enlace: UPA Andalucía entiende que la PAC debe tocarse para no perpetuar el desigual reparto actual de las ayudas de la PAC

Pero el reciente movimiento de revuelta de los agricultores hace caso omiso a las anteriores problemáticas sociales y está poniendo el acento en que las iniciativas de la unión Europea convierten a ésta en el nuevo “inquisidor” ambiental del siglo XXI.

Influidos por las ideas que les filtran sus líderes ultraderechistas, los pequeños y medianos agricultores españoles se quejan de que quién no comulgue con el credo ecologista y animalista de la UE deberá abandonar el campo, es decir, será su condena a muerte y perecerán en esta nueva hoguera que se les ha montado. Los agricultores propietarios de mayor edad y con explotaciones agrícolas o ganaderas de tamaño más modesto se ven, en muchos casos, atraídos emocionalmente por esta ideología ultra neoliberal, anti ecologista y anti animalista.

UNA CUESTIÓN COMPLEJA

Sin embargo, la cuestión agraria no es tan simple como estos movimientos de ultraderecha pretenden presentar.

Buena parte de los problemas de los agricultores europeos provienen del sometimiento de los dirigentes de la Unión Europea, que se ha plegado a las necesidades de funcionamiento del sistema capitalista global.

Para ello se han firmado tratados de libre comercio con Marruecos (año 2000), y cuyos camiones llenos de tomate se vuelcan con cada vez mayor frecuencia, y con los países sudamericanos integrados en Mercosur.

Estos países han inundado de producciones foráneas los mercados europeos, ya que sus alimentos son de más barata producción y no se les exigen los requisitos ambientales de las producciones agrarias propias. Lo que se ha saldado con la ira y el enfado del pequeño agricultor que no ve fácil salida para sus producciones. Pero paradójicamente muchos grandes propietarios españoles y fondos de inversión están invirtiendo en países extraparlamentarios, donde la rentabilidad de la producción agrícola es mayor.

LA CADENA DE VALOR Y LAS POLÍTICAS NEOLIBERALES

Una última y trascendental cuestión a solventar es el desequilibrio de la cadena de valor de los productos alimentarios en los países europeos. A un agricultor malagueño se le compran a algo más de veinte céntimos los limones y en los supermercados de su capital se venden a dos euros. Los mayores beneficios (entre el 75 y 80 por ciento) van a parar a las plataformas de distribución y las cadenas de supermercados.

Se puede concluir que la aplicación de las dos políticas neoliberales arriba citadas es la raíz del grave problema de supervivencia de muchas explotaciones agrarias españolas pequeñas y medianas.

Sin embargo, los movimientos ultraderechistas que han impulsado las protestas de los agricultores (las denominadas tractoradas) pasan de puntillas sobre la injusticia de ambas medidas neoliberales, y prefieren atacar la ideología ecologista y animalista que, según ellos, ha contaminado a las disposiciones más recientes de la Unión Europea y en concreto a la Agenda 2030 y el Pacto Verde. Normativas redactadas por burócratas que jamás han pisado el campo, concluyen.

Los pequeños y medianos agricultores son utilizados en estas movilizaciones como punta de lanza y carne de cañón por los grandes propietarios, y los fondos de inversión, que a su vez son los que controlan parte de las grandes cadenas de distribución, el gran enemigo de los pequeños propietarios y consumidores.

ANDALUCÍA COLONIA Y, MONEDA DE CAMBIO

En el diseño de las políticas económicas europeas han imperado los intereses de los grandes países y grupos industriales como es el caso más claro de Alemania. Este país se ha desarrollado creando un mercado cautivo, Europa, protegiendo sus productos, entre ellos la industria automovilística, impidiendo la importación  de esos productos de países terceros con precios más competitivos.

Por otro lado, si quiere expandir su mercado  en países menos desarrollados, como son los países africanos, debe permitir la importación de productos agrícolas, sin cuyas exportaciones estos países no podrían adquirir los productos y la tecnología de los centros hegemónicos europeos.

En este cruce de intereses económicos y comerciales, la producción agraria andaluza es utilizada como moneda de cambio. Andalucía en un primer hito jugaba el papel actual de los países africanos, exportar productos agrícolas para comprar tecnología, insumos y maquinaría agrícola a centroeuropa, una vez superada esta fase , pasa a ser una moneda de cambio propio de una colonia periférica. Para que los centros hegemónicos sigan expandiéndose necesitan nuevos mercados con garantías de cobro, facilitando la entrada a Europa de sus productos agrícolas, como antes permitió la entrada de calzado y textil asiático, lo que supuso el desmantelamiento de la industria textil catalana y el calzado valenciano, y la deslocalización de estas industrias.

Sevilla, 19 de febrero de 2024

SOBRE EL AUTOR: CARLOS PAREJO DELGADO

Carlos Parejo Delgado nace en Sevilla en 1958. Geógrafo de profesión (Universidad de Sevilla, año 1981), ha combinado sus trabajos para la Administración pública sobre medio ambiente, urbanismo y ordenación del territorio con el mantenimiento actualizado del Sistema de Información Territorial y la Encuesta de Equipamientos e Infraestructuras Locales de la Diputación Provincial de Sevilla; actividades que ha combinado con otras colaboraciones en materia Áreas Industriales y Logísticas. Además, ha realizado una treintena de publicaciones sobre el paisaje de Andalucía, de la Sierra Sur y de Sevilla ciudad.