Por Carlos Parejo Delgado

INTRODUCCIÓN

Desde el siglo diecinueve hasta mediados del siglo veinte, los bulevares han sido ejes lineales arbolados que servían a las poblaciones sevillanas de lugares de estancia y paseo, y disfrute de la naturaleza. Espacios de sociabilidad, llenos de sombras y fragancias, que aportan sonidos agradables y refrescan el ambiente, proporcionando entornos acogedores. Este ha sido el caso de los bulevares más habituales en las poblaciones sevillanas, como son sus tradicionales alamedas.

Las fuentes y surgencias han sido otro foco de origen de los paseos o bulevares arbolados de determinadas poblaciones sevillanas. Y ello, en tanto que secularmente los terrenos inmediatos-para mantener la humedad del subsuelo-fueron arbolados.

Posteriormente, las travesías y circunvalaciones urbanas de las carreteras que atraviesan las poblaciones sevillanas – con la generalización de los vehículos privados desde los años sesenta -, se han ido dotando de paseos y bulevares (aptos para paseos ciclistas y peatonales).

Avenidas ajardinadas

Estos nuevos bulevares se dotan frecuentemente de rotondas y acondicionan las antiguas carreteras a su nueva función urbana, mediante badenes correctores de velocidad, pasos semafóricos, etc. En este caso, podemos hablar de avenidas ajardinadas, cuando el protagonismo principal ( y la mayor superficie es ocupada) sirve a la movilidad motorizado (es decir al viario y los aparcamientos).

Espacios de convivencia

Solamente se dejan como espacios de convivencia a las aceras, que han sido acondicionadas para uso peatonal con plantaciones lineales de adelfas, palmeras y naranjos, que no siempre generan zonas permanentes en sombra para los desplazamientos peatonales en días soleados. Es decir, su vegetación y arbolado perimetral son insuficientes para consolidar espacios permanentes de sombras y la movilidad peatonal y no motorizada asociada a ellos.

No obstante, desde las últimas décadas del siglo veinte los planes generales municipales están procediendo a una mayor amplitud de miras sobre los futuros bulevares y paseos municipales y suelen incluirlos como un elemento más del sistema de zonas verdes actuales y previstas.

Bajo esta concepción contemporánea, los paseos y bulevares no son solo la cara más amable (incluso, adornada de plantas, flores y árboles) para que la travesía de una carretera principal discurra en las entradas, lugares de paso y salidas de los núcleos urbanos, sino que se aspiran a que ser algo más.

Espacios de calidad paisajística y ambiental.

Los bulevares y paseos contemporáneos se consideran vías urbanas de amplia sección, dotadas de varias hileras de arbolado –que actúa como espacio de sombra y convivencia- se reparten equitativamente la superficie total ocupada con las vías para el tráfico motorizado.

Se trata, en general, de espacios de calidad paisajística y ambiental que cumplen funciones como las de contribuir a la movilidad sostenible y a frenar el cambio climático . Uno de los objetivos de cualquier municipios sevillano debería ser la creación de una malla o red de espacios de sombra que- aprovechandola disposición alargada y lineal de bulevares y paseos – permita recorrerlas, tanto de sur a norte como de este a oeste.

El tema de las entradas a los municipios ha sido tratado desde otros criterios y objetivos en otros artículos referidos en concreto a Estepa y, Herrera ( podeis accederr a los mismos pinchando en el titulo de los artículos):

LAS ENTRADAS A LOS MUNICIPIOS EN LA COMARCA, Y UN CASO CONCRETO: HERRERA ;

PAISAJE Y PLAN ESPECIAL DE PROTECCION DEL CASCO HISTORICO DE ESTEPA (PEPCH)