A MODO DE INTRODUCCIÓN

En 1980, el galardonado con cuatro Premios Ondas, siempre polémico e incomprendido, aún después de muchos años de su fallecimiento, Manuel Barrios Gutiérrez  (1924-2012), publicaba “CARTAS DEL PUEBLO ANDALUZ. Curiosamente la primera carta está firmada por Conchita Martín Haro, donde describe las penalidades de los habitantes de la colonia Las Pilas, en el término de Ecija, y a unos ocho kilómetros de Marinaleda, la población más cercana. Este artículo es un homenaje a Manuel Barrios, donde intento acercarme a una realidad más compleja del sector ganadero de la comarca, aportando la reflexión de un joven empresario.

ALGUNOS DATOS SOBRE LA GANADERÍA INTENSIVA EN LA COMARCA ESTEPA-OSUNA

Según los datos disponibles en 2012 en la comarca de Estepa y Osuna (Sevilla), había  2.042 explotaciones ganaderas, lo que suponía un total de 3.261.867 cabezas de ganado. El 93,8%,  unas 3.058.780 es ganado avícola, y el 4,3% son cabezas de ganado porcino, lo que supone unas 140.437 cabezas de ganado.

Entre 2005-2012 el número de explotaciones porcinas en la comarca de Estepa-Osuna se había incrementado en un 27%, mientras Andalucía lo había hecho en un 11%. En este mismo periodo mientras en Andalucía el censo de ganado porcino descendía en un 26%, en .la comarca se había incrementado en un 55%. Andalucía con 88 cabezas  de media por explotación y con tendencia descendente, en la zona de referencia era de 481 y tendencia creciente. Consultar El sector porcino en las comarcas de Estepa y Osuna, y ” Las Macrogranajas en las comarcas de Estepa y Osuna”

¿SABIAS CUANTOS RESIDUOS GENERA EL SECTOR EN LA COMARCA ?

Estas explotaciones generan unas 605.708,46 toneladas de residuos al año, pero el 61,9 % unas 375.401,63  t/año, generado por el sector porcino.

En 2012 sector ganadero de la comarca generaba al año una cantidad de residuos equivalente a una población de 1.370.000 habitantes, pero con dudoso tratamiento.

UN ESTUDIO INACABADO

En 2015,  ADR ESTEPA SIERRA SUR estaba realizando un estudio sobre el sector ganadero en las comarcas de Estepa y Osuna, donde se intentaba conocer y analizar en profundidad la importancia del sector en el territorio. Los datos estadísticos se intentaron completar con entrevistas, encuentros con empresarios, que nos dieran una visión más amplia. Esta fase nunca se completó, pero conservo algunos documentos interesantes, como la carta de un empresario.

Hoy recupero la carta, que en 2015, me remitió un joven propietario de una granja avícola integrada, residente en un municipio de la comarca de Estepa, donde describe la cruda realidad, su relación con la integradora, desmontando el final feliz, que vende las empresas integradoras.

CARTA DESGARRADORA DE UN GRANJERO DE INTENSIVO

13.01.2015

“Hola Ramón. No puedo hacer otra cosa que contarte mi experiencia subjetiva y critica como granjero. Estoy plenamente de acuerdo contigo en la conclusión de que, el emprendimiento ganadero está relacionado con la búsqueda de ingresos y como salida al desempleo, por necesidad claramente. Este es el motivo por el cual ha aumentado tan notablemente el desarrollo de la actividad avícola.

El granjero acuciado por la necesidad y por la búsqueda de un empleo estable, invierte gran cantidad de recursos vitales, tanto económicos como físicos, no es en absoluto un trabajo fácil ni desahogado. Sin embargo, a pesar de su contribución notoria al desarrollo de esta actividad, se ve después completamente abandonado, tanto por la integradora, como por la administración, que solo se presta para recaudar y no ofrece ningún marco regulador ganadero.

Solo aporta impedimentos con normativas y tasas. Abandona al granjero a su suerte, el granjero es un autónomo que tiene que lidiar día a día con las imposiciones de la integradora. Como tu bien recoges existe una falta de adecuación de las explotaciones de pavos a las necesidades tecnológicas actuales, los gobernantes no ofrecen ayudas de ningún tipo para facilitar este punto, aportando así su granito de arena al desarrollo y sostenimiento de esta actividad, sencillamente pasan del tema.

La integradora por supuesto aun menos, ellos aportan los pavos, pienso y medicinas, los demás gastos corren por parte del desahuciado granjero. Construcción de instalaciones, Yacija o cama, luz, agua, calefacción y trabajo de sol a sol y sin días festivos ni vacaciones. Es evidente que los esfuerzos económicos y físicos no están para nada recompensados más allá del argumento de “que mejor esto que nada”. Somos pequeños y medianos productores, con instalaciones obsoletas, como tu bien apuntas, lejos de estándares de rentabilidad.

El “boom” avícola se basa únicamente en la necesidad de un trabajo y lo que ello conlleva. Aprovechando esa necesidad la integradora en un primer momento ofrece unas condiciones óptimas e irrechazables para emprender la actividad, sin aportar absolutamente NADA… Tan solo su palabra de que esta será una travesía agradable. El futuro granjero pasa a invertir e hipotecar gran parte de su vida bajo el único argumento de la buena voluntad de una corporación, y después descubre que no es oro todo lo que reluce y que tampoco ya puede echar a correr para otro sitio.

El sector de los pavos será competitivo, pero no gracias a la integradora ni a las administraciones. Supongo que somos víctimas de esta radical forma de liberalismo económico, materias primas a bajo costo y grandes beneficios para las empresas. Es en base a este precepto en lo que se basa esta “novedosa” actividad y no en la construcción de un tejido empresarial fuerte, moderno y sostenido en el tiempo, que desemboque en creación de empleo y bienestar.

La producción de pavos en la lejana América esta en buena parte en Méjico eso me hace pensar que Andalucía es Tijuana para integradora y administración. Esto último junto con la sabiduría añeja e infalible que dice que “el ganado de pico, no te hace rico”, me hace pensar en un futuro nada motivador para este sector. Espero haberte servido de ayuda, de todas formas te puedes pasar por aquí cuando te apetezca y hablar con mi padre. Saludos y hasta pronto”.

Herrera, 12 de junio de 2023

Ramón Ortiz Benjumea