EVOLUCION DE LA POBLACION COMARCAL.[1]

EL PERIODO ENTRE GUERRA 1900-1950-: Etapa demográfica ligeramente regresiva y progresiva.

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En esta nueva serie de entregas vamos a analizar la evolución demográfica de la comarca Estepa-Osuna (zona de actuación de la ADR Estepa Sierra Sur)[2], en el periodo comprendido entre 1900-2016. En esta primera nos centramos en “El Periodo entre-guerra 1900-1950”, en entregas posteriores estudiaremos las etapas más recientes. Consideramos que para entender lo que está sucediendo en la actualidad es necesario conocer nuestro pasado reciente,  que  nos ha de servir  como referencia historia.

La evolución demográfica es uno de los indicadores que nos permite reconstruir el comportamiento de una comarca, dentro de un contexto regional y nacional. Esta evolución refleja las distintas respuestas  que un territorio da a una situación socioeconómica concreta. El análisis demográfico nos permite acercarnos y comprender mejor la realidad socioeconómica de un territorio y de la población que allí reside.

Fijar la población en el territorio, y más en concreto la población joven ha de ser uno de los objetivos de toda estrategia de desarrollo rural, y en concreto de Grupo de Desarrollo Rural Estepa-Sierra Sur . Desde antes  de la década de los años cincuenta del siglo XX, ha existiendo un fuerte enfrentamiento científico con una fuerte carga ideológica , en el que participaban  geógrafos, demógrafos, sociólogos y economistas  entre otros, sobre el modelo ideal de ocupación del territorio. Para algunos lo rural representaba lo añejo, el atraso, la miseria  mientras lo urbano representaba el desarrollo, la modernidad, apostando  estos últimos como modelo de poblamiento la gran ciudad con su  área metropolitana.

Hoy en la actualidad vuelven a tomar fuerza en los medios de comunicación las teorías arropadas por una legión de los llamados “técnicos y especialistas” donde plantean que la ciudad entre 500.000 y 3.000.000 habitantes, es el poblamiento ideal: “ya que la concentración urbana permite una mayor eficacia en la gestión de los recursos y servicios, y por otro lado permitente una mayor rentabilidad  de los sistemas económicos, apostando por la concentración de producción y consumidores en las áreas metropolitanas”. Estas teorías no  tienen  en cuenta los problemas que suponen esta intensa transformación territorial y las consecuencias de la congestión urbana presionando los recursos naturales, y la agresividad que soportan los habitantes de la gran ciudad. El problema de las teorías, arropadas con una serie de argumentos de dudosa base  sociológica y científica, es que se plasman y se llevan a cabo en el territorio por los que detectan el poder político y  económico.

 

Gráfico nº1. Evolución de la población en la comarca 1900-2016.Fuente: Instituto de Estadística y Cartográfica de Andalucía. Consejería de Economía, Innovación y Ciencia. Junta de Andalucía. INE (Instituto Nacional de Estadística). Elaboración propia.

En el amplio periodo estudiado (1900-2016) la población de la comarca ha pasado de los 69.003 habitantes en 1900, a los 85.536 habitantes en 2016, se alcanzaba población máxima en 1950 con 99.218 habitantes (Gráfico nº 1).

Dentro de “ El periodo entre guerras 1900-1950, que se estudia en esta entrega se distinguen dos etapas claramente: Etapa  ligeramente regresiva (1900-1910), y  Etapa progresiva (1910-1950).

Etapa ligeramente regresiva comprendida entre 1900-1910. En esta fase las altas tasas de natalidad, queda contrarrestada por una elevada mortalidad. Los periodos de sequía veraniegos  eran enormemente funestos en la población del medio rural del interior andaluz. El hambre, las epidemias de fiebre tifoidea y cólera estaban al orden del día, asolando a los municipios de la comarca. La  mortalidad infantil era sumamente alta, el sarampión y una infección intestinal llamada comúnmente como “catarro intestinal”, eran los principales responsables de esta alta tasa de mortalidad infantil. Durante este periodo se produce una importante migración de las clases trabajadoras hacia el norte de España, y las minas de  Nerva y Rio Tinto (Huelva), siendo estos apodados como “los mineros” al regresar a su localidad . Las clases medias, con mayores recursos económicos para costearse el viaje,  emigran hacia Argentina. Todos estos hechos explican en parte el descenso de la población comarcal, que pasa de 69.003 a 67.503 habitantes, con una pérdida de 1.500 habitantes en esta década inicial de ese siglo, lo que representa un descenso del 2%. El comportamiento demográfico no es homogéneo entre los distintos municipios de la comarca, diez tienen saldo positivo, mientras que ocho, acumulan saldo negativo. La pérdida poblacional se concentra prácticamente en dos municipios, en Osuna, que pierde el 14% de su población, representando el 65% del total de la población perdida de la comarca, y Estepa,  con una pérdida de población intercensal del 6%, que representa el 14% de las pérdidas totales de   población de la comarca., es decir, estos dos municipios concentran el 79% (65% Osuna+14% Estepa ) de las pérdidas  demográfica de esta década. Los datos parecen apuntar que los municipios más poblados de la comarca (Osuna y Estepa), eran más vulnerables a las epidemias, a las hambrunas, creando unas condiciones más favorables para  la emigración de sus habitantes.

Gráfico nº 2. Evolución de la población comarcal 1900-1950.Fuente: Instituto de Estadística y Cartográfica de Andalucía. Consejería de Economía, Innovación y Ciencia. Junta de Andalucía. INE (Instituto Nacional de Estadística). Elaboración propia.

Tabla nº 1. Saldo demográfico y distribución de la población  comarcal 1900-1910.Fuente: Instituto de Estadística y Cartográfica de Andalucía. Consejería de Economía, Innovación y Ciencia. Junta de Andalucía. INE (Instituto Nacional de Estadística). Elaboración propia.

Etapa progresiva. Entre  1910-1950, se produce una etapa progresiva, a pesar de la alta mortalidad de 1918, de la conocida como “gripe del dieciocho”, o “gripe española”, la última gran epidemia sanitaria  y catástrofe demográfica[3], que sufre España. Esto supone y la entrada de España en el nuevo régimen o ciclo demográfico moderno , donde ya la mortalidad epidémica, causante de las mayores catástrofes, es algo histórico, reduciendo su impacto, ya que el plus de nacimientos acumulado durante años normales sobrevivirá a las crisis epidémicas[4]. Esta fase, que hemos denominado etapa progresiva 1910-50, se caracteriza por las altas tasas de natalidad, y una  caída importante de la mortalidad, incluida la infantil, al implantarse en el medio rural importantes avances sanitarios, con lo cual da origen a un crecimiento vegetativo positivo. La adopción de nuevas técnicas y hábitos sanitarios que redujeron la mortalidad, no fue acompañada con el control de la natalidad, que se mantuvo muy elevada. La fertilidad  era alta en todas las clases sociales, pero especialmente en las clases populares, donde un mayor número de miembros en la familia, suponía una mayor disponibilidad de brazos para trabajar. En una economía basada en una agricultura de subsistencia, aún sin mecanizar, se consideran a los hijos como un “activo económico”, un mayor número de hijos o miembros de una familia garantiza mayor número de brazos disponibles, la posibilidad de  aumentar los ingresos familiares, y una forma de luchar contra la miseria.

En cambio, la  fertilidad  era ligeramente  menor en las clases medias y altas a causa del matrimonio más tardío, y la menor necesidad de disponer de fuerza de trabajo joven destinada al sector agrario. Resultado de todo esto es el hecho de que población pasa de 67.503 habitantes a 99.218, un crecimiento neto de 31.715 habitantes, incremento del  47% en el conjunto comarcal.

Un hecho que llama poderosamente la atención para muchos estudiosos es el importante incremento de la población de la comarca entre 1930-1940, con un crecimiento vegetativo neto de 12.842 habitantes, con un crecimiento intercesal anual de un 1,5,% mientras que para ese mismo periodo el crecimiento intercensal anual para el conjunto nacional es de 0,99 % pasando España de 23.677.095 a 26,014.278 habitantes. Este incremento de población a nivel nacional y a nivel comarcal son cuestionadas, ya que recordemos entre estos dos censos 1930-1940, se ha producido la Guerra Civil. A la bajas en el campo de batalla por parte de los bandos enfrentados, habría que añadir bajas causadas por la fuerte represión política mediante los fusilamientos, repercutiendo en la mortalidad total. Al incremento de la mortalidad, habría que añadir el éxodo político a nivel nacional que partió hacia el extranjero,  como el éxodo rural de muchas familias señaladas por su posicionamiento en el bando perdedor, que abandonaron su localidad. Todo esto nos haría suponer un descenso de la población de 1950, por lo cual los datos oficiales de 1950 son cuestionables.

Manuel Velasco Haro en “ Los Corrales, referencias históricas de un pueblo andaluz(2000)” (pag.808-809) intenta dar una explicación a la evolución general del número de habitantes en Los Corrales, que puede ser extensivo para el conjunto comarcal:  “a partir de 1936 comienza un quebradero de cabeza estadistico, pues a las bajas, los presos, los exiliados y los emigrados durante la Guerra y la Postguerra, unido al fenómeno de la vuelta al campo, condiciona la fiabilidad de los datos”. Fiabilidad que es cuestionada por otros autores ( A.M. Bernal,  Florencio Zoido), ya que por parte de la Delegación Provincial de Estadística, en esos años seguía el procedimiento de a la población existente, sumarle los nacimientos y restarle los fallecidos oficiales. Es decir posiblemente se contabilizaron como habitantes muchos de los desaparecidos de la guerra, los muertos se contabilizaron como vivos, ocultando las consecuencias del conflicto bélico.David D. Gregory en “ La Odisea andaluza” ( Editorial Tecnos 1978), también habla de la manipulación de los datos censales ( pag.106).

Respetando las cifras oficiales de 1950, en esta etapa expansiva, todos los municipios tienen saldo positivo, pero con distinto grado de intensidad. El Rubio, La Roda de Andalucía, y La Lantejuela duplican su población en este periodo, debido en parte a su escasa población de partida; Pedrera y Marinaleda alcanzan un crecimiento superior al 80%. Las cabeceras comarcales tienen un crecimiento con distintos grado de intensidad, Osuna incrementa su población en un 53%, y Estepa sólo en 20%, el crecimiento más bajo, junto con Villanueva de San Juan, que solo se incrementa en el 1%. El 44% del crecimiento demográfico total de la comarca se concentra en tres municipios, Osuna con el 25%, El Rubio con el 10%, y La Roda de Andalucía con el 9% del total del crecimiento comarcal.

Tabla nº 3. Evolucion de la poblacion comarcal 1900-1950 Fuente: Instituto de Estadística y Cartográfica de Andalucía. Consejería de Economía, Innovación y Ciencia. Junta de Andalucía. INE (Instituto Nacional de Estadística). Elaboración propia.

Al revisar los datos de población por municipios sorprende el importante número de habitantes que tienen algunos municipios en 1950, y el poco peso que tienen en la actualidad como es el caso del El Rubio con 6.906 habitantes el quinto en población en esas fechas;o El Saucejo con 7.687 habitantes, el tercer municipio con mayor población de la comarca. Los 99.218 habitantes  que tenian las comarcas de Estepa-Osuna en 1950 , es la poblacion maxima que ha tenido el territorio, que no ha alcanzado aún, y que ya nunca volvera a tener. Como comenta el prestigioso geógrafo Carlos Parejo Delgado, ”si  El Rubio o El Saucejo hubieran mantenido la población de antes, o su descenso poblacional no hubiera sido tan acusado en los censos posteriores a 1950  estaríamos hablando de una comarca más equilibrada entre núcleos. Un sistema polinuclear de centros rurales por debajo de los dos grandes (Osuna y Estepa)”.

 

NOTAS.

[1] Este artículo es un resumen de un estudio más amplio. “Demografía y poblamiento en una comarca del interior andaluz” 2014. Ramón Ortiz Benjumea.

[2] La zona de actuación de la ADR Estepa Sierra Sur, lo constituyen los 18 municipios de las comarcas de Estepa y Osuna: Aguadulce, Algamitas, Badolatosa, Casariche, Los Corrales, Estepa, Gilena, Herrera, Lantejuela, Lora de Estepa, Marinaleda, Martín de la Jara, Osuna, Pedrera, La Roda de Andalucía, El Rubio, El Saucejo, y Villanueva de San Juan.

[3][3] La pirámide social española. Amando de Miguel. Fundación Juan March. Editorial Ariel.1977

[4] La población española (s.XVI a XX).Jordi Nadal. Ariel. Barcelona 1976.