Carlos Parejo Delgado

PRESENTACIÓN

Carlos Parejo Delgado nos describe y nos acerca a los humedales de la Sierra Sur Sevillana, en concreto a los que se localizan en las comarcas de Estepa y Osuna, su aportación como geógrafo y paisajista se deja notar en dicho artículo .

En este portal ya nos hemos referido en varias ocasiones a la laguna artificial Las Carrizosas ( Herrera, Sev.), humedal que se encuentra catalogado y recogido en distintos documentos provinciales y regionales.Para más información sobre este espacio consultar los siguientes enlaces:

Turismo rural y creación de empleo: un espacio de interés natural y turístico.

Cambio climático y compromiso medioambiental: Canteras Las Carrizosas

A MODO DE INTRODUCCIÓN

En tiempos prehistóricos, la alta campiña sevillana (entre Écija, Osuna y Estepa), fue un área pantanosa (en torno a 30.000 hectáreas que estaba cubierta por aguas someras desde las primeras lluvias invernales al final de la primavera.  Antes de que se extendiera el actual monocultivo del olivar (hace unos trescientos años), existían muchos más  humedales. Y destacaban entre el paisaje cultivado, porque estaban rodeados de espesos juncales y tarajes.

Eran usados principalmente como abrevaderos del ganado que, discurría hasta ellos por una densa red de vías pecuarias. Asimismo, la multitud de aves que poblaban estos humedales hacía que fueran también “cazaderos” locales y, cuando se secaban, se extraía la sal depositaba naturalmente en sus cubetas.

Este territorio estaba cubierto por una arboleda de “encinas jóvenes (chaparros), palmitos y grandes matojos de  retamas y tarajes, que alimentaba  una variopinta cabaña ganadera (caballos y  bueyes, cabras, cerdos y ovejas), que saciaba la sed en los abrevaderos de los humedales cercanos” (véase: CORDOBÉS FLORES, JUAN. Flora y fauna  de Lantejuela. Historias de Lantejuela. Junio. 2022).

LA ÉPOCA NEGRA PARA LOS HUMEDALES

Desde mediados del  siglo XIX se vive una “época negra” para la mayoría de los humedales españoles. Muchos se fueron desecando hasta los años sesenta del siglo pasado. Se ha calculado que un 60 por ciento de las primitivas lagunas andaluzas han desaparecido en los últimos doscientos años. De hecho, cuando se producen intensas y prolongadas lluvias se anegan numerosos lagunajos de los que solo nos han llegado sus nombres originales, y a veces ni eso.

La visión decimonónica era que los humedales constituían “focos de paludismo “, es decir, lugares insalubres.  La transición de los siglos diecinueve al veinte se caracteriza por el afán por incrementar su riqueza material de las sociedades rurales de dicha época, que consideraban que el progreso consistía en desecar y colonizar aquellos humedales que aún pervivían para la agricultura y la ganadería, por su condición de terrenos inhóspitos e improductivos. Ejemplo de este afán es que en los años sesenta se pone en marcha – por el Instituto Nacional de Colonización- el Plan de Saneamiento de las campiñas de Écija y Osuna, que altera con sus drenajes para la puesta en cultivo,  lagunas tan extensas como la ecijana de Ruíz Sánchez y ursonense de Calderón Grande.

Hay algunas excepciones. En los años veinte del siglo pasado se instala un centro de cría caballar del Ministerio de Defensa en la alta campiña de Osuna. En él se crían caballos hispanoárabes para el ejército.  Los terrenos de varias de estas lagunas pasan a ser de titularidad pública y de acceso restringido, lo que favorecerá la supervivencia  de gran parte de las lagunas de municipios como Osuna y Lantejuela.

TÍMIDO MOVIMIENTO CONSERVACIONISTA

Desde la transición democrática (1977), los humedales que aún permanecen, en un proceso alentado por el movimiento conservacionista y ecologista, pasan a ser considerados de una nueva manera.  Se buscará protegerlos como refugios de biodiversidad y paisajes naturales en un medio físico como este medio rural alto campíñés, donde escasean los paisajes naturales, de tan transformados como se encuentran para un único uso: como paisajes agrarios.

RICA FAUNA DE NUESTROS HUMEDALES

Un gran número de aves han vivido secularmente en más de una decena de humedales de la sierra sur, algunas de manera permanente y otras migratorias, ya que hacían parada en los humedales para descansar en sus larguísimos viajes. Las fuentes históricas citan entre éstas últimas a aves como las silenciosas grullas, las cigüeñas o los flamencos rosas y ánades como los ánades reales, los patos colorados, los patos cuchara y los patos malvasía. Y es que las aves vuelan y, a diferencia de otros animales, siempre han mostrado en sus migraciones, una especial querencia por estas áreas de aguas  someras, antaño rodeadas de una espesa vegetación que los defendía de los animales depredadores.

Actualmente se ha ido creando una jerarquía de hábitats con mayor número y diversidad de aves en función de la extensión de los humedales y la presencia o no de aguas permanentes.

Las principales zonas húmedas son en su mayoría externas, pero próximas, a la sierra sur, es el caso de las lagunas del Sur de Córdoba (1.500 hectáreas) y la laguna de Fuente de Piedra (1,475 hectáreas, norte de la provincia de Málaga).

Como lagunas de importancia secundaria, con superficies que oscilan entre más de trescientas y 20 hectáreas, determinadas lagunas de la sierra sur que presentan cierta diversidad y un número destacado de aves, figuran las lagunas sierra sureñas de:

  • Ruíz Sánchez (Écija).
  • Calderón Chica y Ballestera y Las Turquillas (Osuna).
  • Gobierno (Lantejuela) y El Gosque (Martin de la Jara). 

A pesar de su tamaño, la laguna Calderón Grande está muy deteriorada en su funcionamiento natural, por lo que no figura entre las más visitadas por las aves.

Las aves de las lagunas principales antes citadas suelen volar a las lagunas de importancia secundaria  para alimentarse y usarlas como dormideros. De manera que en estos  humedales se pueden ver puntualmente aves como  ánades reales, cigüeñuelas, flamencos rosas,  grullas, y anátidas como patos colorados, patos cuchara y patos malvasías, procedentes de las lagunas principales.

Fuente: inventario Andaluz de Humedales IAH

TIPOLOGÍA POR SU LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA

Además, atendiendo a su localización geográfica y el sustrato  en que se asientan,  es posible diferenciar las lagunas de las sierras subbéticas y las de las altas campiñas.

Las lagunas alto campìñesas se ubican en suelos impermeables margosos y yesosos, originando lagunas de aguas salobres en cubetas redondeadas y de fondo plano. Sus  aguas son someras (no llegan al medio metro de profundidad). Las espesas juncias y tarajes que tuvieron antaño en su perímetro se han degradado desde mediados del siglo veinte.

De las dos las lagunas interiores de las Sierras Subbéticas vemos como la de Coripe es de forma alargada y ha sido usada antaño como abrevadero del ganado. Es una laguna  de agua dulce, que se forma  en una depresión caliza o dolina. Esta laguna acoge una original vegetación de ranúnculos y un helecho extremadamente raro. Sus bordes son un enmarañado herbazal. Otra de sus peculiaridades es su población de crustáceos y anfibios.