Como hemos visto en apartados anteriores la población afiliada al sector agrario ha descendido entre 2003-2019, salvo un repunte en forma de diente de sierra entre 2008-2011. Nos interesa conocer en qué medida este descenso ha sido condicionado por la estructura y el envejecimiento de la población en general, y por un posible descenso de la población potencialmente activa (P.P.A.), la comprendida entre los 16-65 años.
Para intentar dar respuesta a estas dudas vamos a intentar conocer la estructura de la población comarcal en varias fechas distintas: 1986,1996, 2003 y 2019. La estructura de la población de la comarca condiciona a la composición de la población potencialmente activa (P.P.A.), que es de la que se nutre el mercado de trabajo.
Fuente: Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía. Explotación del Padrón municipal de habitantes del INE
Según la tabla anterior hay un proceso de envejecimiento de la población comarcal. La cohorte o grupo de edad comprendido entre 0-14 años disminuye, y se incrementa el grupo mayor de 65 años. Pero la población potencialmente activa se ha incrementado en algo más de 4 puntos porcentuales pasando de representar el 63,2% en 1986 al 67,5% en 2019.
Fuente: Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía. Explotación del Padrón municipal de habitantes del INE.
La P.P.A ha aumentado no solo porcentualmente sino también en valores absolutos en el periodo comprendido entre 1986-2019, como se recoge en la tabla siguiente, pasando de 49.932 personas en 1986 a 56.805 en 2019.
Fuente: Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía. Explotación del Padrón municipal de habitantes del INE
Pero se ha producido un proceso de envejecimiento dentro de este colectivo, ya que la población de 54 años ha pasado de representar el 8% de la P.P.A. en 1986 al 18,6% en 2019. Hay un incremento de la población potencialmente activa,¿ pero la participación activa de la mujer en las tareas de la recolección es la misma en 1986, que en 2019 ? ; ¿ el perfil del trabajador del campo en general y del aceitunero de 1986 es el mismo que el de 2019?
Considerando a priori que las condiciones físicas son un factor ligado a la edad, el colectivo de mayores de 54 años tiene posiblemente hoy día dificultad de desarrollar su actividad en la recolección de la aceituna, es un colectivo excluido o que se autoexcluye al tener otras fuentes de ingresos o prestaciones. Actualmente en las labores agrícolas y especialmente en la recolección de la aceituna parece ser que se valora más la resistencia física que la experiencia, y el compromiso de contar con el mismo banco o patrón es mucho más laxo. No existe tampoco el compromiso reciproco de antaño entre patrón/manijero y jornalero.
Los datos nos apuntan que el envejecimiento de la P.P.A. no es algo pasajero, sino que se incrementara en las próximas décadas, al no existir población joven que remplace o releve a este colectivo. Para intentar dar respuesta a lo formulado anteriormente sería necesario conocer la pirámide de edad de las dos fechas extremas 1986 y 2019.
La pirámide de 1986, nos pone de manifiesto una muesca entre los grupos de edad de 25 a 50 años, consecuencia del éxodo rural de que tuvo lugar entre 1960-1970 aproximadamente, donde la comarca perdió un 24,5% entre 1950-1981. Otro aspecto a destacar es que cohorte de población entre los 0-24 años disminuye, la pirámide se acorta por la base, hay menos nacimientos lo que va a condicionar el futuro población activa en las próximas décadas. Pero a pesar de estas anomalías de la pirámide, la población potencialmente activa suponía el 63,2% de la población total en 1986. Un dato que hay que retener es el hecho de que en 1986 en las tareas de recolección de la aceituna existía cierta paridad entre los varones y las mujeres. En los “bancos” las mujeres realizaban un importante papel en las tareas de criba, arrastre de telones y “soleo”de la aceituna.
La piramide de población de 2019 nos pone de manifiesto un descenso de la población aún más acusado en la cohorte 0-14 años que en la de 1986, la base de la pirámide se ha reducido enormemente, lo que indica un descenso importante en la próximas décadas de la población potencialmente activa (P.P.A) y un envejecimiento de la población total y de la potencialmente activa. Un futuro complicado, dentro de una década pasa a población activa adulta o envejecida la cohorte de 45 a 49 años,el 11,5% de la P.P.A. No existiendo en las cohortes que le siguen, las de menor edad, volumen suficiente para reemplazar a las anteriores, hay un saldo negativo ;entre esta cohorte y la que le sigue, de 536 personas,un 8,2%. Saldo negativo que se acentuará aún mas, las cohortes siguientes tienen un volumen de poblacon aún menor.
Podemos concluir que el proceso de envejecimiento de la población potencialmente activa se aventura en las próximas décadas como un agravante más, al que hay que añadir el hecho de que la población joven con formación ante la falta de perspectivas en el mercado laboral de la comarca abandona el medio rural, y su inserción en el mercado laboral agrario puede ser considerado como una etapa de tránsito, pasajera antes del éxodo definitivo al medio urbano.
El nuevo sistema de recolección intensiva y a destajo hace que la población mayor de 54 años sea excluida o se autoexcluya (¿?), y prefiera otras ofertas de trabajo donde la experiencia es más valorada. Como apunta un experto consultado “ La edad ,ser jornalero mayor de 54 años; se convierte en un elemento decisivo y excluyente por parte del aceitunero , dudando a aceptar ciertos trabajos que por sus condiciones físicas no está dispuesto a aceptar o no puede desarrollar. Se ha producido un proceso de inversión en estas últimas décadas si antes a la hora de contratar en la campaña de recolección se valoraba la experiencia y a las edades adultas por la experiencia y responsabilidad, ahora esas cualidades no son valoradas y se valora otras condiciones como la juventud que se identifica con mejores condiciones físicas y resistencia en una campaña donde la recogida del fruto es en la mayoría de los casos intensiva y a destajo”.
Aunque no tenemos datos estadísticos que nos permitan conocer la población extranjera dada de alta en el sector agrícola en estos últimos años, solo existen datos provinciales, podemos apuntar que la incorporación de esta al mercado laboral agrícola de la comarca no ha resuelto los problemas puntuales de falta de mano de obra. La población extranjera parece ser que es una población trashumante, rotando de una comarca a otra y acude a donde las condiciones laborales son mejores, y donde se le asegure una campaña más larga. Posiblemente y padarogicamente la presencia de este colectivo de poblacion extranjera en principio mas docil haya acelerado primero la expulsion, despues la salida definitiva de la poblacion de la comarca del sector y de la actividad en las fechas de recoleccion . No podian aceptar las condiciones de trabajo,trabajo a destajo,ritmos mas intensiivos, jornadas mas largas, y menor remuneracion.
Apuntar que la escasez de mano de obra en fechas concreta no se ha resuelto con la mecanización y recolección intensiva, la población activa, actulmente la mas abundante desde 1986,abandona el sector por otros más atractivos, la mujer parece que no tiene tanto protagonismo como en décadas anteriores, nos encontramos con una posible masculinización del sector (intentaremos aclarar esta duda sobre el papel de la mujer en el mercado laboral agrícola), la población extranjera es una población trashumante, no fiel al territorio y por otro la fechas de recolección se han acortado.Esta concentracion de la actividad en un menor numero de meses y dias supone una mayor demanda puntual de mano de obra,ya que todos quieren recoger el fruto a la vez,en unas fechas muy concretas, .
Las cuestiones planteadas en parrafos anteriores :¿ la participación activa de la mujer en las tareas de la recolección es la misma en 1986, que en 2019 ? ; ¿ el perfil del trabajador del campo en general y del aceitunero de 1986 es el mismo que el de 2019?; siguen sin tener una respuesta adecuada .Todo lo anterior nos deja un panorama incierto, y pendientes toda una serie de cuestiones, intentaremos que los datos nos ayuden a aclarar en parte algunas dudas.
Herrera, 18 de abril de 2020
Ramón Ortiz Benjumea,
geógrafo, tecnico en desarrollo rural, master en desarrollo local y comarcano.
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