CARLOS PAREJO DELGADO
El casco histórico de Triana ha acogido silenciosa y resignadamente el tsunami de pisos turísticos proveniente del centro urbano.Desde el año 2000 dichos pisos han crecido hasta superar el centenar, lo que significa más de 10 por ciento del caserío edificado.
Este rápido crecimiento puede suponer una amenaza para el mantenimiento del vecindario tradicional, por lo que el ayuntamiento de Sevilla lo ha declarado recientemente “zona saturada” de pisos turísticos.
Las calles trianeras más afectadas son las más largas, que discurren paralelas al río Guadalquivir, y son las más ocupadas por pisos turísticos. Y las calles perpendiculares al río grande, más cortas y estrechas, son las que presentan menor presencia de dichos inmuebles.
Sea como fuere, los pisos turísticos han brotado en casi todas las calles y en toda la gama de edificios que alberga el casco histórico del arrabal trianero.
Su expresión más sencilla son anteriores locales comerciales reconvertidos a pisos turísticos como un taller de motos o una peluquería de caballeros. Una arquitectura más coqueta es la de dos pequeños chalets (calle Betis) transformados en hoteles boutique.
Las viviendas familiares de dos y tres plantas son la tipología más usual de piso turístico, predominante en calles largas como Alfarería, Betis, Castilla y Pagés del Corro. La calle Alfarería es la que ha asistido a la reconversión de antiguos edificios dedicados a la cerámica (como la fábrica Montalván) a pisos turísticos. Asimismo, también hay antiguos corrales de vecinos que se han remodelado como pisos turísticos.
Si nos fijamos con detalle, paseando por el arrabal trianero, los pisos turísticos han sustituido el portón de madera por la puerta blindada, no tienen llaves sino cerraduras electrónicas y están conectados a la central de alarmas que video vigila su acceso y su interior. Lo más habitual es que sus puertas están siempre cerradas. Sin embargo, hay apartamentos con un zaguán escoltado por macetas de flores colgadas de las paredes de la entrada y otros que optan por el jardín vertical contemporáneo.
Antes de entrar dentro de ellos hemos de hablar de otro detalle. Los logotipos de los particulares y empresas embarcados en el negocio de los pisos turísticos se suelen diseñar con motivos geométricos tomados prestados de la decoración de la cerámica trianera.
Además de tener porteros inteligentes y otros avances tecnológicos como domótica, internet y wifi o una gran televisión de plasma, los trianeros de siempre se quedan atónitos con sus nuevos usos:
Las azoteas y patios comunes albergan mobiliario para desayunar y cenar al aire libre, solárium con tumbonas y piscinas. Y si se trata de hoteles de lujo dichas estancias se anglifican ( pool, garden club y coktail bar). Por último, las azoteas de algunos pisos turísticos son también locales para la celebración de todo tipo de reuniones y eventos. De hecho, los trianeros de siempre ya celebraban aquí bautizos y comuniones familiares.
Hay edificios de arquitectura regionalista que conservan la bella cáscara de su fachada, pero han sido vaciados por dentro para transformarlos en apartamentos o suites de diseño funcional, como los de tantos otros lugares del Mundo. La excepción es un edificio de arquitectura regionalista de la calle San Jacinto, convertido en apartahotel de lujo.
El dueño ha rebautizado cada apartamento con nombres sacados de la mitología sevillana. Nombres como Rumaikiya, el amor del rey Al Mutamid. Abierto el portón de madera. el vestíbulo ya nos sumerge en un ambiente singular, con la escultura del David de Donatello en bronce, escoltada por los frisos multicolores de cerámica trianera genuina, salidos de los talleres de Orce y de la fábrica Mensaque.
Atravesado el umbral de este edificio, los patios interiores no desmerecen. El suelo y las paredes están igualmente decorados con motivos cerámicos, así como los frisos cerámicos que sirven de cabeceros a los dormitorios de las habitaciones. Incluso, la piscina de la azotea está rematada con pináculos cerámicos. Otros objetos primorosos son las fuentes del suelo (al modo de la Sevilla andalusí) o las cristaleras artísticas que dan entrada a la luz en los patios interiores. Aquí vivió una de las familias más pudientes del arrabal trianero, y el tsunami turístico ha sabido conservar el rico patrimonio heredado.
Sevilla, octubre 2024
Sobre el autor: Carlos Parejo Delgado
Carlos Parejo Delgado nace en Sevilla en 1958. Geógrafo de profesión (Universidad de Sevilla, año 1981), ha combinado sus trabajos para la Administración pública sobre medio ambiente, urbanismo y ordenación del territorio con el mantenimiento actualizado del Sistema de Información Territorial y la Encuesta de Equipamientos e Infraestructuras Locales de la Diputación Provincial de Sevilla; actividades que ha combinado con otras colaboraciones en materia Áreas Industriales y Logísticas. Además, ha realizado una treintena de publicaciones sobre el paisaje de Andalucía, de la Sierra Sur y de Sevilla ciudad.
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